Relaciones vecinales. Abuso de Derecho y Defensa de Persona en Situación de Extrema Vulnerabilidad

Este otro caso aborda la defensa de una propietaria de avanzada edad y en una situación de salud de extrema vulnerabilidad, frente a una reclamación por supuestas molestias acústicas interpuesta por un inquilino del inmueble. El núcleo de nuestra defensa se fundamenta en desvirtuar la calificación de los ruidos como "actividad molesta". Las emisiones sonoras, de carácter puntual y escaso, no derivan de una acción voluntaria o negligente, sino que son una consecuencia directa e inevitable de la grave patología médica que padece nuestra representada, quien se encuentra postrada permanentemente. Esta circunstancia excluye el componente de intencionalidad o descuido que la jurisprudencia exige para que una conducta sea sancionable.

Adicionalmente, la familia ha demostrado una diligencia ejemplar, implementando cuidados profesionales constantes que no solo garantizan la dignidad y el bienestar de la afectada, sino que también tienen como objetivo minimizar cualquier posible perturbación al entorno vecinal.

Un hecho fáctico de gran relevancia es la ausencia total de quejas similares por parte de otros copropietarios o residentes del edificio. Este elemento es crucial, ya que debilita la pretensión del reclamante y sugiere que la supuesta perturbación no posee la entidad ni la notoriedad necesarias para ser considerada una inmisión intolerable, sino más bien una percepción subjetiva y aislada.

Como medida estratégica inicial y en muestra de buena fe, hemos aceptado participar en un procedimiento de mediación. El objetivo es alcanzar una solución consensuada que armonice el derecho al descanso del reclamante con el derecho de nuestra clienta a vivir sus últimos días con dignidad en su propio hogar, en una situación de especial vulnerabilidad que apela al deber de tolerancia y convivencia.

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